Sin efectos secundarios
El bronceado con caña de azúcar consiste en rociar sobre la piel una molécula denominada DHA, la cual es 100% natural e inocua para la piel. Esta molécula se extrae de la caña de azúcar (de ahí su nombre) y se fermenta con glicerina para conseguir el producto que tiñe la piel. Efectivamente, se trata de una especie de tinte que se va yendo a medida que pasan los días, por lo que no penetra en la piel y, por lo tanto, no la daña.
Este método de bronceado tan solo actúa en las capas más superficiales de la piel, así que no existen ningún riesgo, aunque hay que estar alerta por si aparece algún tipo de sensibilidad o alergia. De hecho, está contraindicado en casos de psoriasis, dermatitis, infecciones o heridas. Lo idea es realizar un pequeña prueba antes de aplicarlo al completo para evitar posibles reacciones.
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